miércoles, 17 de diciembre de 2008

Reforma Universitaria de 1918

Por Guillermo Meyer
Ex Presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA durante los períodos 1996-1997 y 1997-1998, por la agrupación Franja Morada.


Los hechos

La Academia de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba resolvió suprimir el internado del Hospital de Clínicas argumentando razones de economía y moralidad. Este internado era la única escuela práctica para estudios médicos, lo cual provocó airadas protestas de los estudiantes encabezados por Alfredo Degano, Presidente del Centro de Estudiantes.

Al mismo tiempo otro conflicto surgía en Ingeniería debido a una "ordenanza de decanos" que imponía exigencias más estrictas para la asistencia a clase. Frente a la huelga generada por la indignación estudiantil, el Secretario General de la Universidad, Ernesto Gavier solicitó ayuda al Subintendente de policía solicitando efectivos para evitar las protestas a lo cual le respondió afirmativamente.

El Comité Pro Reforma ya funcionaba integrado por delegados de las tres facultades presidido por Horacio Valdés, de Derecho, y Gumersindo Sayago, de Medicina. El 31 de marzo el Comité llamó a la huelga general reunido en el Teatro Rivera Indarte. En esa ocasión hicieron uso de la palabra Arturo Orgaz, Arturo Capdevila, Horacio Valdés, Gregorio Bermann, Ismael Bordabehere. Finalmente fue Sayago quien leyó la convocatoria a la huelga señalando en uno de sus párrafos: "La juventud de Córdoba, animada por un impulso irresistible de progreso, se halla en lucha con su vieja y ruinosa universidad. Sus autoridades regresivas, empecinadas en el mantenimiento del dogmatismo docente y en la defensa de intereses insostenibles, se oponen con desdeñoso autoritarismo al impostergable anhelo de renovación que desde largos años le reclaman en vano los propios hijos del vetusto hogar intelectual". También dijo: "No nos arrojamos por la pendiente de una rebelión estéril contra las gratas disciplinas del trabajo y del estudio. Aspiramos a vivir en las aulas del saber, la vida plena del intelecto, en el ambiente del verdadero liberalismo científico, profesado en las cátedras modernas, excento de prejuicios dogmáticos, desbrozado de arcaicos convencionalismos mentales. Nos levantamos para sacudir la esclavitud mental en la que se pretende mantenernos".

La respuesta no se hizo esperar, el 2 de abril, el Secretario General de la Universidad, Ernesto Gavier emitió la nota de clausura de la Universidad prohibiendo la entrada a toda persona que no sea académico, profesor o empleado de la misma. El 3 de abril, con el fin de justificar la suspensión de las clases, el Consejo Superior y el Rector Julio Deheza se dirigen por nota al Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, José Salinas.

Al otro día el Comité Pro Reforma Universitaria se dirigió a Salinas solicitando la intervención de la UNC. En la nota, firmada por Horacio Valdés e Ismael Bordabehere, señalan que la clausura de la clases por el rectorado obedece a un intento de: "mantener su predominio de tres lustros, una viciosa oligarquía educacional condenada por todo el país, por la ineptitud docente y administrativa de sus miembros, por si inferioridad científica y la voracidad de sus apetitos".

El 11 de abril el Presidente Hipólito Yrigoyen firmó el decreto de intervención, para la cual designó a José Nicolás Matienzo. Este regresó el 23 de abril a Buenos Aires luego de discutir un proyecto de reforma de los estatutos con el Consejo Superior que serían aprobados el 7 de mayo.
El 16 de mayo nació la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) absorviendo las funciones del Comité Pro Reforma.

En virtud de los nuevos estatutos, el 15 de junio se convocó la Asamblea que debería elegir rector. Para esa Asamblea, si bien no participaban directamente de la elección, los estudiantes habían apoyado la candidatura a rector del Dr. Enrique Martínez Paz. Los sectores conservadores fueron representados por el Dr. Antonio Nores Martínez, miembro de la Corda Frates. Hubo un tercer candidato, Alejandro Centeno.

En la primera votación Nores Martínez consiguió 15 sufragios frente a los 13 que obtuvo Martínez Paz y 10 de Centeno. Al no obtener ningún candidato la mayoría se repitió la votación que dio el mismo resultado que la primera. En la tercera votación los votos de Centeno se volcaron a Nores Martínez con lo cual accedía al rectorado con 23 sufragios. Los estudiantes desalojaron el salón y declararon la huelga por tiempo indeterminado ante lo que consideraban una traición. Efectivamente los estudiantes tenían una alianza con algunos profesores liberales que aprobaban la modificación de los estatutos con el objeto de superar la marginación a la que se veían sometidos por la camarilla que dominaba las academias. Ese día quedó evidenciada la debilidad de esa alianza que llegaba a su fin.

Ese día no se pudo realizar la proclamación del rector, la indignación de los estudiantes derivó en la rotura de cristales y la expulsión por la fuerza de los gendarmes que estaban de custodia. La convocatoria a la huelga fue firmada por un millar de estudiantes que abandonando la Casa de Trejo se lanzaron a las calles. Los estudiantes lucían cintas moradas en sus solapas, se dice que fueron hechas a partir de dos cinturones eclesiásticos sustraídos del lugar, otras versiones señalan que su origen fue una cortina. Desde entonces el color morado pasó a identificar al reformismo e inspiraría el nombre de la agrupación estudiantil reformista Franja Morada.
El Secretario Gavier y el vicerrector Belisario Caraffa enviaron al otro día una nota al Ministro Salinas informando la elección de Nores Martínez y minimizando las protestas. Al mismo tiempo la FUC enviaba una nota a Matienzo solicitando su presencia en Córdoba. Este respondió que su misión ya había concluido y les aconsejó tener paciencia hasta que la Reforma comenzara a mostrar sus frutos.

Pero los hechos evidenciaban que, más allá de la mejora de los estatutos, había que derrotar a un régimen que dominaba la universidad. El proceso reformista debía proseguir y para la siguiente etapa era necesario salir de entre los muros de la universidad y buscar la intervención de toda la sociedad, salir a las calles.

La huelga general se extendió contando con la adhesión de todas las Federaciones Universitarias del país (Buenos Aires, La Plata, Santa Fe y Tucumán). El 21 de junio se lanzó el Manifiesto Liminar de la Reforma
, redactado por Deodoro Roca, quien asomó como líder del movimiento.
La expansión del movimiento reformista no se limitó a las fronteras de nuestro país, sino se extendió por toda Latinoamérica. En algunos países dio origen a partidos políticos relevantes como la Alianza Democrática que gobernó Venezuela en la década del `70 o el APRA, que gobernó Perú en los `80.


El 7 de agosto se produjo la renuncia de Nores Martínez. Se designó interventor al Dr. Telémaco Susini quien nunca asumió ante las presiones eclesiáticas que lo acusaban de anticlerical. Finalmente el propio Ministro Salinas ocupó la intervención de la UNC. Fue designado el 23 de agosto.. El 27 de ese mes la FUC reunió aproximadamente 20.000 personas en un acto de protesta y tras quince días de agitación se decidió la ocupación de la Universidad con el objeto de acelerar el viaje y la asunción de Salinas. El 9 de septiembre 83 estudiantes concretaron la ocupación de la casa de Trejo, declararon abierta la universidad y pusieron fecha de inicio a los cursos. Finalmente los estudiantes fueron detenidos y acusados de sedición pero el objetivo se cumplió con la asunción de Salinas el 12 de septiembre.

Salinas reorganizó los planes de estudio y los estatutos se aproximaron aún más a las aspiraciones del movimiento estudiantil. El 11 de octubre la Universidad abrió sus puertas tras la reorganización reformista.

Ese mismo años los estatutos de la Universidad de Buenos Aires fueron modificados respondiendo decididamente a los postulados reformistas.

Al apoyo del gobierno Yrigoyenista fue clave para el éxito de la Reforma, en una comunicación telegráfica realizada por la FUC al propio presidente Yrigoyen consignado en el diario local La República, el 9 de octubre de 1918 dice: "La Federación Universitaria, aquilatando esa obra patriótica que coloca a V. E. entre los argentinos ilustres, envía al primer mandatario de la nación su aplauso entusiasta y sincero..."

Contexto

En ese tiempo existían en Argentina tres universidades nacionales y dos provinciales surgidas en momentos históricos diferentes: Córdoba (fundada en 1613) creada en el período colonial y de origen confesional; Buenos Aires (fundada en 1821) producto de la independencia y el liberalismo; La Plata, fundada como resarcimiento a la Provincia de Buenos Aires luego de la nacionalización de la Ciudad de Buenos Aires y de su Universidad; Santa Fe (fundada en 1887), concebida siguiendo el ejemplo de la Universidad de Buenos Aires y por último la de Tucumán (fundada en 1914), inspirada en las universidades alemanas. Estos establecimientos fuertemente diferenciados entrarían en un conflictivo proceso de homogeneización como consecuencia de la Reforma Universitaria.

Durante los siglos XVIII y XIX varios estados europeos desarrollaron un proceso de modernización científica y productiva a través de los nuevos descubrimientos y la revolución industrial, asimismo también se daba un proceso de modernización institucional a través de revoluciones burguesas liberales, algunas virulentas (Francia) y otras más paulatinas (Inglaterra).

Mientras eso sucedía España seguía siendo una potencia donde la estructura política y social del medioevo aún persistía. En este esquema la cultura era un privilegio para pocos o orientada sobre todo a formar clérigos y doctores. La estructura educativa estaba controlada por la iglesia y dirigida por las diversas órdenes religiosas, y los estudios superiores se caracterizaban por los prejuicios nobiliarios.

Consecuentemente las universidades españolas en América eran centros escolásticos, de espíritu aristocrático y de formación burocrática al servicio de la corona y de la Iglesia. Así fue que las nuevas ideas democráticas y liberales, los descubrimientos y avances de la ciencia y de la técnica -producto de la Revolución Industrial- no llegaron a modificar sustancialmente los sistemas de enseñanza superior. Se ocultaban las teorías científicas de Newton, Copérnico y Darwin porque contradecían lo establecido por el poder clerical poniendo en tela de juicio la concepción filosófica medieval basada en el mundo aristotélico y la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino. Esta concepción filosófica justificaba el derecho divino de la monarquía, es decir, la existencia de hombres naturalmente predestinados a dominar a otros que, consecuentemente, lo estaban para ser dominados a modo de seres inferiores. Así la fe ciega se exigía para fomentar la ignorancia y así evitar que el estudio y la investigación llevara al cuestionamiento crítico de aquella concepción del mundo y el orden social que de ella derivaba. Este mundo duró aproximadamente 1000 años sostenido por poder eclesiástico totalmente alejado de los verdaderos ideales cristianos. La amenaza de condena a la hoguera a Galileo Galilei es una muestra de lo lejos que estaban dispuestos a llegar.

Si bien la independencia de las colonias españolas estuvo basada en los nuevos ideales, en estas universidades la mentalidad colonial persistía.

Como señalamos, la Universidad de Córdoba fue fundada durante la dominación colonial, y si bien la independencia de las colonias españolas estuvo basada en las nuevas ideas en estas universidades la mentalidad colonial y la teología junto a los resabios de la constitución heredada de los jesuitas persistían constituyendo un reducto ideológico de la oligarquía en esa provincia. Los criterios pedagógicos reconocían la influencia decisiva de las corporaciones profesionales que controlaban cada una de las facultades, los flamantes profesionales recorrían las calles con su toga y efectuaban ritos propios de la Edad Media a modo de ceremonia de graduación. El Estatuto de la Casa de Trejo databa de 1879 y los cuerpos directivos no se renovaban jamás.
El mundo avanzaba y cambiaba, y la Argentina, aunque tardíamente, también. Al llegar al poder la Unión Cívica Radical con Hipólito Yrigoyen, enfrentó en todos los ámbitos a la oligarquía, incluso en la Universidad y los estudiantes reformistas se apoyaron en él: "No vengo a ver al Presidente", le dijo Enrique Barros, presidente de la FUC en su primera entrevista, "sino al hombre que ha conspirado durante 30 años contra la oligarquía y que pudo haber muerto antes de conseguir la Primera Magistratura".

En 1918 se da fin a la primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la Revolución Mexicana alentaban las esperanzas de algunos y la reacción de otros. La ciencia inventaba prodigios: cine, teléfono, radio, automóvil, aeroplano. La concepción positivista de la ciencia basada en el método experimental predominaba en la Europa de entonces.

Mientras tanto en nuestro país se consolidaba una clase media que se extendía rápidamente en el escenario político y social de la época producto de la incipiente expansión de la economía urbana, y que, por supuesto, pugnaba por abrirse paso en el ámbito social y económico.
Si bien el poder político cordobés estaba en manos de una oligarquía "aggiornada" y liberal, las ideas democrático-liberales, el positivismo y el naturalismo produjeron una ruptura interna en su seno: apareció una fracción liberal progresista, en cierto modo contestataria, integrada por los propios hijos réprobos de las principales familias oligárquicas. De alguna manera, en la universidad se vivía este conflicto generacional.

En el plano universitario, el movimiento estudiantil en Córdoba pretendía alcanzar las reformas que ya había logrado la UBA después de 1906; la disminución del poder de las academias y la participación plena de los docentes en el gobierno universitario.

La reforma Universitaria era una alternativa al oscurantismo cultural, las concepciones dogmáticas, pero también elabora y desarrolla propuestas pedagógicas destinadas a garantizar un flujo continuo del proceso de creación intelectual. Procuraba que las Universidades se mantuvieran acordes al proceso de evolución intelectual y científica que se producía en el mundo para evitar todo anquilosamiento. Respondía además a un proyecto político, a un modelo determinado de sociedad, la búsqueda de una identidad latinoamericana y de encuentro con la cuestión social.

La Reforma en la UBA

La Universidad de Buenos Aires fue creada en 1821 por iniciativa de Bernardino Rivadavia, entonces Secretario de Gobierno del Gobernador Martín Rodríguez. Su creación fue inspirada por las mismas ideas de la ilustración y el liberalismo que animaron el proceso de independencia, y se consolidó institucionalmente bajo el rectorado de Juan María Gutiérrez (1861-1873). Su nacionalización y la promulgación de sus estatutos (1886) en concordancia con la Ley Avellaneda (Ley 1597), definió y fortaleció su estructura y la de sus facultades (entonces Derecho y Ciencias Sociales, Ciencias Médicas y Ciencias Físico - Matemáticas).

La Universidad de Buenos Aires describió un importante proceso de transformación como consecuencia de los reclamos estudiantiles y profesores de los años 1905-1906. El núcleo central del conflicto se refería al poder de las academias en la Universidad. El desplazamiento de éstas a favor de la participación docente en el gobierno universitario fue acompañado por el reclamo de modernización de los aspectos didácticos y académicos. En 1906, recién inaugurado el rectorado del Dr. Eufemio Uballes, se sancionó un nuevo Estatuto que ponía a prueba la flexibilidad de la Ley Avellaneda. El Estatuto reemplazaba las academias por consejos directivos electivos con la participación de los profesores.

Los sucesos de Córdoba del año 1918 encontraron a la UBA al mismo Uballes en el rectorado y a una conducción permeable a los cambios. Ese mismo año se reformaron los estatutos contemplando la representación estudiantil en el gobierno de la UBA. El nuevo Estatuto de 1918 contenía la síntesis de los reclamos más importantes de los sectores reformistas. El gobierno universitario se modificaba; sus miembros eran elegidos en tres actos eleccionarios separados: ocho por los profesores (titulares y suplentes) y cuatro por los alumnos. En 1922 la Asamblea Universitaria eligió al primer rector con los nuevos procedimientos eleccionarios y, en apretada elección asumió el rectorado el Dr. José Arce.

Postulados reformistas:

Autonomía: Faculta a la comunidad universitaria a dirigir la propia institución. Implica a su vez la posibilidad de preservar la Universidad de los enfrentamientos políticos coyunturales, de las presiones del poder político, de influencias eclesiásticas, para que pueda cumplir su función que es la de formar profesionales capaces de resolver los problemas del país, actuando como artífices del proceso de cambio permanente que exige toda sociedad.

La autonomía tiene tres aspectos: administrativo. Financiero y científico-pedagógico. La relación entre ellos es muy estrecha, al punto que suprimiendo uno, los restantes pierden eficacia. De allí que es posible avanzar sobre la autonomía de muchas maneras, aunque formalmente se la reconozca. El medio más inmediato es el de reducir presupuesto.

La exigencia de autonomía se hace inseparable de la reproducción en el seno de la Universidad del modelo político democrático. Esto es, de la elección periódica de los claustros del gobierno tripartito igualitario.

Cogobierno: La autonomía brinda entonces la posibilidad de que sea la comunidad universitaria la que dirija los destinos de la institución. El gobierno compartido por docentes, graduados y estudiantes es la confirmación de la democratización del gobierno universitario. Si bien el grado de participación ha sido diverso, como específicos los problemas de cada uno de los claustros, la incorporación estudiantil impulsó la participación activa del estudiante en sus problemas inmediatos y despertó el interés y la preocupación por los grandes problemas del país. Lo convirtió en un sujeto politizado activo y comprometido y en ese sentido la Universidad también tiene la misión de formar ciudadanos y no sólo profesionales. Esta nueva conciencia fue la principal responsable de la organización gremial de los estudiantes: centros de estudiantes, federaciones regionales, la FUA, que son producto del pensamiento y el accionar reformista.

Periodicidad de cátedra: Implica la renovación periódica de los profesores, impidiendo en anquilosamiento de la enseñanza, obligandoa los docentes a un continuo perfeccionamiento y posibilitando que la Universidad se renueve permanentemente de acuerdo con los cambios del pensamiento científico y filosófico. A través de concursos de oposición y antecedentes.

Libertad de cátedra: Implica colocar en un lugar relevante el pluralismo ideológico y la libertad d debate, en el sentido de facilitar y garantizar la más amplia discusión de ideas. Impide el dogmatismo, perfecciona el proceso de enseñanza y garantiza el avance de las ciencias.

Gratuidad e ingreso: para que la educación fuese popular se debía evitar todo tipo de discriminación. La educación se convertía en una inversión a largo plazo del conjunto de la sociedad y no en una posibilidad individual de formación. A partir de este principio se fueron incorporando importantes sectores de la clase media, y más entrado el siglo, sectores populares accedieron a la educación universitaria adquiriendo una posibilidad cierta de movilidad social.
Investigación: Tiene un lugar preponderante en la Universidad, ya que a partir de ella se profundizan los conocimientos, se abren nuevos interrogantes a la ciencia y se actualizan los planes de estudio. Además cumple un rol fundamental en la contribución que puede realizar en la definición y el desarrollo de un determinado modelo de país.

Extensión: Es la inserción de la Universidad en la realidad social del país, a partir de la definición de un espacio mutuo intercambio, donde la Universidad brinde a partir de programas diseñados al efecto, la difusión de la ciencia y la cultura y la solución de algunos problemas, especialmente a los sectores sociales marginados de la educación universitaria por su situación estructural. Al mismo tiempo se pretende que recoja las demandas de la sociedad a la cual debe su razón de ser y las tanga en cuenta a la hora de la definición de planes de estudio y planificación de actividades.

Vocación de latinoamericanismo: Contra los moldes científicos y culturales europeizantes que se trasladaban a la educación en la vieja Universidad, surge una nueva actitud. Esta viene dada por la necesidad de reafirmar una identidad que trasciende las fronteras hacia una integración latinoamericana, cuyo presupuesto es la unidad de sus pueblos y el rechazo de las pretensiones hegemónicas de los imperialismos foráneos.

Evolución histórica de la Universidad Reformista

La evolución de la Reforma durante el último siglo fue conflictiva y sufrió los vaivenes de una historia turbulenta.

En 1930 se produjo el primer golpe militar encabezado por el general José Félix Uriburu, que desalojó ilegítimamente al gobierno de Hipólito Yrigoyen inaugurando el período denominado "década infame" caracterizada por el "fraude patriótico".

En ese período la Universidad fue intervenida, la FUA fue declarada ilegal así como todos los organismos estudiantiles que fueron clausurados y sus dirigentes perseguidos y encarcelados. Los docentes que reclamaron la restauración de la universidad democrática fueron cesanteados.

Mientras, el intelectual anarquista que aconsejaba a Deodoro Roca mayor combatividad ahora apoyaba la dictadura, ahora es uno de los ideólogos de la dictadura: Leopoldo Lugones.

Hacia 1943, los militares argentinos encabezados por el general Ramírez y con el concurso de una logia nacionalista denominada GOU, Grupo Obra de Unificación, integrada entre otros, por el Coronel Juan Domingo Perón, resolvieron el derrocamiento del Presidente Ramón Castillo.

Al poco tiempo las Universidades fueron intervenidas y el gobierno declaró ilegal la FUA, disolvió sus federaciones regionales y clausuró los centros de estudiantes. Asimismo se dispuso la disolución de los partidos políticos y se instauró la enseñanza religiosa obligatoria. La teología fue incorporada como requisito para enseñar materias humanísticas en la educación superior.

En las elecciones de 1946 Perón derrotó a la Unión Democrática. El ministro de Educación del gobierno justicialista, Oscar Ivanissevich limitó la participación estudiantil en el gobierno universitario mediante la Ley 13.031. La FUBA ya integraba la oposición. Durante el segundo gobierno peronista recrudeció la persecución ideológica de la cual fueron víctimas también la intelectualidad y el reformismo.

Se desarrollaron políticas tendientes al crecimiento de la matrícula y se aumentó el presupuesto educativo. En 1953 se fundó la Universidad Obrera, luego llamada Universidad Tecnológica Nacional. En 1949 se eliminaron los aranceles universitarios y se suprimió el examen de ingreso.
Finalmente en 1954 se promulgó la Ley 14.297 para las Universidades Nacionales. Por un lado postulaba la gratuidad de la enseñanza, pero se suprimió la autonomía universitaria, el Rector ahora sería designado por el propio Poder Ejecutivo Nacional y los Consejos serían integrados exclusivamente por Decanos y profesores. Apenas es aceptado un delegado estudiantil por Consejo para asuntos específicos del claustro.

En 1955 otro golpe militar derrocó al Gobierno de Perón. Los profesores expulsados durante el peronismo regresaron mientras que ahora se expulsaba a los que adherían al anterior gobierno
El 28 de septiembre Eduardo Lonardi designó ministro de Educación a un hombre del conservadorismo católico, Atilio Dell'Oro Maini. Se derogaron las leyes 13.031 y 14.297 del peronismo y se garantizó nuevamente la autonomía universitaria. Pero por otro lado se incorporó la iniciativa privada para crear universidades y expedir títulos académicos.

En 1956, el decreto 10.775 aseguró la autonomía de las universidades. En Buenos Aires fue elegido rector Risieri Frondizi, ya con la vigencia del gobierno tripartito. Durante su período en el rectorado se crearon nuevas carreras, se inició la construcción de la Ciudad Universitaria en Nuñez y se creó la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA). A este período se lo ha llamado "la época de oro".

En 1958 Arturo Frondizi ganó las elecciones derrotando a la UCRP. La reglamentación del artículo 28 del decreto 6.403 de la anterior gestión de Dell'Oro Maini dividió al país entre los partidarios de la educación libre y los de la educación laica.

Los primeros estaban integrados por la derecha conservadora o liberal, sectores católicos y figuras como Alvaro Alsogaray, Raúl Matera, Monseñor Antonio Plaza, Antonio Salonia, y reclamaban para las universidades particulares el derecho de expedir títulos.

Por la defensa de la enseñanza laica estaban la UCR del Pueblo, el socialismo, la izquierda, el estudiantado reformista y la mayoría de las autoridades universitarias de entonces. A diferencia de los anteriores sostenían que como los diplomas y la habilitación eran de carácter público sólo podía expedirlos el Estado.

La mayoría de los estudiantes, que apoyaban la postura laica, ocuparon casi la totalidad de las facultades paralizándolas. Autorizar la creación de Universidades privadas era entonces sinónimo de confiar a la iglesia la formación de mentalidades y de reforzar la desigualdad social en el acceso a la educación superior. Finalmente en Congreso aprobó que las Universidades privadas podrían expedir títulos pero la habilitación profesional se reservaba como atribuciónEstado. En la práctica este poder fiscalizador se fue perdiendo, triunfando a la larga la posición privatista. La FUA se expresó en movilizaciones callejeras que fueron violentamente reprimidas por las fuerzas policiales. El gobierno instrumentó el Plan Conintes (Conmoción Interna del Estado), que habilitaba a las fuerzas de seguridad para capturar y encarcelar activistas sindicales y estudiantiles involucrados en planes de lucha o de acción directa.

En 1962 un golpe militar depuso a Frondizi. La FUA, pese a su postura crítica hacia el gobierno de Frondizi condenó la interrupción institucional. Consecuentemente fueron clausurados varios centros de estudiantes.

En los comicios de 1963 triunfo la fórmula de la UCRP, Illia-Perette con poco menos del 23 % de los votos, ante la abstención peronista. El Peronismo proscripto se manifestó a través del voto en blanco que ocupó el segundo lugar.

Por ese entonces, la FUA era conducida por estudiantes de izquierda independiente, coaligados en el PC que pusieron en marcha un plan de lucha consistente en paros, actos públicos, volanteadas, pintadas y ocupaciones de Universidades exigiendo mayor presupuesto para la educación, orientándolo fundamentalmente a la atención de los problemas económicos de los estudiantes (biblioteca, comedores estudiantiles, becas, residencias, etc.). Sin embargo, este gobierno fue de los que mayor presupuesto otorgó a la educación: alrededor de un 22% del presupuesto nacional.

En junio de 1966 el Presidente Illia fue derrocado por un levantamiento militar encabezado por el General Onganía. Escasa o nula fue la resistencia al golpe de estado en las organizaciones populares y la CGT, en aquellos casos en los que estas asociaciones no se manifestaran abiertamente a favor del golpe.

Se anunció la disolución de la FUA, comisiones intercentros y centros de estudiantes. La Ley Orgánica para las Universidades Nacionales establecía la prohibición de todo tipo de militancia, agitación, propaganda, proselitismo en las universidades. Los docentes fueron designados en forma directa por decanos y rectores interventores. En 1967 por la Ley 17.245 se suprimió el gobierno tripartito, se limitó la autonomía y se fijó un examen de ingreso.

El gobierno militar decidió intervenir las universidades. En la noche del 28 de julio de 1966 electivos policiales y de la guardia de infantería a bordo de vehículos blindados convergieron sobre las Facultades de Ciencias Exactas y Arquitectura de la UBA. El contingente arrestó a punta de bastón y repartiendo golpes a diestra y siniestra a estudiantes, profesores y al decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Rolando García, que permanecían en el interior del edificio de la calle Perú, a metros de la Plaza de Mayo. Mientras tanto el Consejo Superior de la UBA continuaba en reunión permanente en la sede de la calle Viamonte. Estudiantes, profesores y graduados junto al rector Hilario Fernández Long resistieron hasta la madrugada.

Las protestas estudiantiles coordinadas por la FUA comenzaron a crecer en todo el país al mismo tiempo que la violencia de la represión que contra ellas desataba el gobierno.
Desde 1966 hasta 1969 varios jóvenes resultaron muertos y heridos luego de los embates represivos contra marchas y manifestaciones haciendo crecer el repudio contra aquel gobierno ilegítimo. Durante ese mismo período es importante destacar la unidad obrero - estudiantil en pos de un proyecto nacional, manifestada en la movilización popular contra la dictadura de Onganía cuya mayor demostración fue el Cordobazo.

Finalmente Onganía cayó ante la presión del sector del ejército liderado por Lanusse. Roberto Levingston era el nuevo presidente de facto, pero duró poco, al poco tiempo asumió la presidencia el propio Lanusse y lanzó un mecanismo de diálogo y participación denominado Gran Acuerdo Nacional (GAN).

El peronismo volvió al poder en 1973 con el triunfo de la fórmula del frente Justicialista de Liberación (FREJULI). La UBA pasó a ser la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. Se inauguraba un período donde la interna del peronismo convirtió al país en un violento campo de batalla. Ese mismo año a poco tiempo de asumir Cámpora dejó el gobierno y tras nuevas elecciones regresó al poder el General Perón quien entonces había optado por la derecha de su partido cuya figura principal era José López Rega.

Mientras en la Universidad recrudecieron los favoritismos partidarios, las irregularidades docentes y administrativas y, pese al discurso "nacional y popular" se implantó un modelo autoritario.
En la dictadura surgida del golpe de marzo de 1976, se repitió la constante de todos los gobiernos militares que se sucedieron en nuestra historia: la Universidad es concebida como un engranaje más, dentro de un proyecto político de país dependiente, productora de tecnócratas funcionales al sistema. La persecución política fue la más feroz que había vivido nuestro país y una gran parte de los desaparecidos pertenecían a la comunidad universitaria.

Con la apertura democrática y la llegada de Alfonsín al gobierno en 1983 y la apertura democrática se restauró la autonomía y el cogobierno. Ley de ingreso irrestricto, fuerte expansión de la matrícula, por Ley 23.068 de 1984 se ratificó con fuerza del ley el decreto 154 reestrableciendose los estatutos vigentes hasta 1966 y el gobierno autónomo tripartito. La Ley 23.569 de 1988 reglamentó el manejo autárquico de los recursos que reciben las universidades del Tesoro nacional a través de la Ley de Presupuesto. Delega en las Universidades la política de compras y contrataciones y limita el rol fiscalizador del Poder Ejecutivo. La militancia universitaria se activó.


Bibliografía


- Estudiantes y política en América Latina; el proceso de la reforma universitaria 1918-1938_ Juan Carlos Portantiero (1978)
- Un solo grito. Crónica del movimiento estudiantil universitario de 1918 a 1988_ Rubén Lavenberg, Daniel Merolla (FUBA 1987).
- Escenas reformistas. La Reforma Universitaria 1918-1930_ María Caldelari-Patricia Funes. (UBA 1997)
- La Educación Superior en Argentina_ Daniel Cano Grupo Editor de América Latina. 1985)
- Yrigoyen. La causa contra el Régimen_ Marta Cavillioti (Colección Historia de América en el Siglo XX nº 6. 1984)


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