miércoles, 17 de diciembre de 2008

Síntesis histórica de la UCR

Desde sus orígenes hasta 1983



La realidad política previa y los partidos.
Hasta la batalla de Caseros los dos grandes partidos que dominaron la escena nacional fueron el Federal y el Unitario. Derrocado Rosas por Urquiza, este, también de ideología federal recibió la hostilidad de los porteños encabezados por Valentín Alsina. El Acuerdo de San Nicolás, rechazado por Buenos Aires, dividió a la opinión pública en federalistas ("chupandinos") y liberales ("pandilleros").Esta situación conflictiva desembocó en la batalla de Cepeda el 1 de abril de 1859 donde las fuerzas nacionales derrotaron a las de la provincia, como resultado se firmó el Pacto de San José de Flores el 11 de noviembre de ese año en virtud del cual Buenos Aires declaraba ser parte de la República Argentina y convocaría a una Convención Nacional para estudiar la Constitución promulgada en 1853. La nación aceptó las observaciones, entre ellas mantener en suspenso la elección de la Capital. Otra serie de enfrentamientos desembocó en la batalla de Pavón el 5 de julio de 1861 donde en una extraña batalla triunfaron las fuerzas de la provincia, lo cual determinó la renuncia del presidente Derqui. En posteriores elecciones Mitre surgía como nuevo presidente.

Durante esa presidencia surgió el Partido Nacionalista liderado por el propio Mitre, que finalmente aceptaba la federalización de la Ciudad de Buenos Aires y por el otro lado se formaba el partido Autonomista, dirigido por Adolfo Alsina, que defendía la continuidad de la Ciudad de Buenos Aires como capital de la Provincia homónima.

En 1868 Sarmiento, sin partido propio llegó a la presidencia con el apoyo del interior y del partido autonomista cuyo líder, Alsina, lo acompañó como vicepresidente. Al finalizar su período surgió la candidatura de su Ministro de Instrucción Pública, Nicolás Avellaneda, del Partido Nacional apoyado por gobernadores del interior, a este se alió Alsina. De esta coalición surgió el Partido Autonomista Nacional (PAN), que sería el partido que gobernaría el país hasta 1916. Avellaneda se impuso y el mitrismo derrotado intentó una revolución que fue rápidamente sofocada.

Avellaneda dispuso una amnistía para los cabecillas de la revolución de 1874. Fue la "conciliación de los partidos" rechazada por un sector del autonomismo representado por Aristóbulo del Valle y Leandro Alem. En las elecciones a gobernador de Buenos Aires de 1877 los partidos conciliados presentaron la fórmula Carlos Tejedor - José María Moreno que se impuso sobre la integrada por Aristóbulo del Valle- Leandro Alem, quienes por fuera del autonomismo habían formado el Partido Republicano alentados por Domingo Faustino Sarmiento.

La muerte de Alsina en 1877 trastocó los planes de la conciliación y regresa la incertidumbre sobre la sucesión presidencial. Finalmente pelearon la presidencia Tejedor, sostenido por los restos de la conciliación (mitristas y autonomistas) y Julio A. Roca, quien había sucedido a Alsina en el Ministerio de Guerra, apoyado en las provincias del interior. Luego de la muerte de Alsina los republicanos se reintegraron al autonomismo al desarticularse la "conciliación" y lanzaron a la disputa el nombre de Sarmiento. Entonces los otros dos candidatos se pusieron por una vez de acuerdo para hacer naufragar esa candidatura, se lo acusaba de ser "viejo". Alem y Del valle se alejaron de la causa de Roca. El triunfo fue para este último, y Tejedor, que no aceptó el resultado se levantó en armas. Nuevamente un enfrentamiento entre el Gobierno Provincial y el Nacional, esta vez los primeros fueron derrotados. Luego de estos acontecimientos, el Congreso Nacional sancionó el 21 de septiembre de 1880, a propuesta de Avellaneda, la ley que declaraba a Buenos Aires capital de la República.

Con Roca se inició el régimen. Se lo recuerda como un período de progreso con la llegada de inmigrantes, obras públicas, comercio y modernidad. Pero ese progreso era más para una oligarquía dominante que para el país. Por ejemplo, las nuevas tierras no iban a manos de pequeños propietarios creando una población rural que dinamizara el interior, al contrario, se fomentó el surgimiento de latifundios repartiéndoselas entre los expedicionarios de la Conquista del Desierto, tal cual había hecho Rosas años antes, o fue enajenada a precios viles a grandes empresas capitalistas. La colonización real que antes habían propugnado Sarmiento y Urquiza fue abandonada al tiempo que se iniciaba un proceso de despojo de la riqueza nacional. De hecho, Sarmiento, que tanto habría peleado por un país moderno que dejara atrás la barbarie denunciaba en sus últimos meses la corrupción y el desvío roquista.

El nacimiento, la Unión Cívica

En aquellos tiempos se producían importantes cambios en la estructura social, política y económica del país. El rápido crecimiento poblacional de 1.800.000 habitantes en 1870 a casi 8.000.000 en 1914, ocasionado básicamente por la intensa corriente inmigratoria, 3.200.000 personas en el período de referencia, trajo como consecuencia una reforma de la estructura demográfica regional del país. Ese crecimiento llevaría en 1914 a que la población urbana supere a la rural.Mientras tanto se consolidaba una clase media que se extendía rápidamente en el escenario político y social de la época producto de la incipiente expansión de la economía urbana, y que, por supuesto, pugnaba por abrirse paso en el ámbito social y económico.

Roca había impuesto a su concuñado en la presidencia. El clima de negociado era cada vez más evidente perdiéndose las apariencias guardadas por el gobierno anterior, el capital extranjero avanzaba controlando ferrocarriles, servicios públicos y tierras. Se terminaba de configurar un país donde el despilfarro y la timba de la bolsa contrastaba con la miseria de los sectores populares. La emisión de papel moneda sin respaldo oficial y la entrega de créditos a particulares con influencias políticas desencadenó una grave crisis económica. En el país contrastaba fuertemente el flujo desmedido, el despilfarro y los grandes éxitos en el juego de la bolsa, con los suicidios, la miseria de los sectores populares.
El 20 de agosto de 1889 se publicó en "La Nación" la carta de un abogado entrerriano, Francisco Barroetaveña, en la que condenaba la inmoralidad reinante y exaltaba el rol de la juventud y el civismo en general, para defender los principios de la República. Esta tuvo una enorme repercusión. El 1 de septiembre de 1889 se realizó una reunión en el Jardín de Florida donde hablaron, entre otros, el mismo Barroetaveña, Montes de Oca, Aristóbulo Del Valle, Bernardo de Irigoyen, Vicente Fidel López y Leandro N. Alem. Así se constituyó la Unión Cívica de la Juventud, que reunía a todos los que estaban dispuestos a enfrentar al sistema imperante.
El 13 de abril de 1890, ante la profundización de la crisis económica, se produjo una nueva reunión multitudinaria en El Frontón donde se reclamaron elecciones libres y limpias. Nacía la Unión Cívica bajo la presidencia de Leandro N. Alem. Esta estaba constituida por la convergencia de las más variadas tendencias en procura de un objetivo común. Confluían federales, alsinistas, tejedorcitas y católicos. En su conjunto representaban a la mayoría del país, pero el roquismo era sostenido por las fuerzas armadas y los terratenientes que representaban el poder económico local.
La Revolución del Parque

Leandro Alem, quien encabezaba la fracción de mayor peso dentro de la Unión Cívica, planteó la necesidad de producir un movimiento armado como único camino para terminar con la degradación a la que el gobierno de Juárez Celman sometía al país. Mitre, en cambio, lideraba un sector que aún consideraba la posibilidad de lograr una salida negociada. Cuando la posición de Alem se impuso, Mitre, que no quería verse involucrado, viajó a Europa.

La Revolución del Parque estalló el 26 de julio de 1890. El líder del movimiento fue el propio Alem mientras que su jefe militar fue el General Manuel Campos. Desde el punto de vista militar el movimiento fracasó, sin embargo tuvo gran incidencia política. En el senado alguien sintetizó: "La revolución está aplastada, si, pero el gobierno está muerto". Juárez Celman fue sustituido por Carlos Pellegrini.
Ante la proximidad de las elecciones presidenciales, Bartolomé Mitre fue propuesto como candidato por Aristóbulo del Valle por ser una figura emblemática de la oposición. Hipólito Yrigoyen hizo oír su disconformidad señalando que antes de hablar de nombres debía constituirse orgánicamente el partido para lo cual propuso la convocatoria a una Convención Nacional.
Finalmente la Convención reunida en enero de 1891 en Rosario proclamó la fórmula Bartolomé Mitre - Bernardo de Irigoyen.
La Unión Cívica Radical
El 19 de marzo de 1891 Mitre regresó de Europa y fue recibido por una gran multitud. Una semana antes Alem y Del Valle habían sido elegidos senadores nacionales por la Capital Federal. Ante el desarrollo de los hechos Julio Roca supo que sería difícil ganar mediante el fraude tradicional por lo tanto decidió negociar. Le ofreció a Mitre su apoyo a cambio de cambiar al candidato a vicepresidente por su consuegro José Evaristo Uriburu. Mitre aceptó la propuesta a pesar de haber sido elegido candidato por una Convención partidaria que no podía modificar por sí mismo.

Como consecuencia del "arreglo", Del Valle decidió renunciar a su banca y a la actividad política, Alem y quienes lo acompañaban redactaron un documento dado a conocer el 2 de julio donde señalaron que no se habían propuesto la elevación de un hombre al poder sino cambiar el régimen imperante. Nacía la Unión Cívica Radical.
Ante la pérdida de apoyo de los radicales Mitre retiró su candidatura. Pero Roca tenía otro escollo por superar, se trataba de la posible candidatura de Roque Sáenz Peña, conservador reformista y opositor interno. Resolvió neutralizarlo levantando la candidatura del padre, Luis Sáenz Peña. La fórmula definitiva de la UCR para las elecciones de 1892 fue Bernardo de Irigoyen - Juan M. Carro. Horas antes del acto comicial el gobierno impuso el estado de sitio y apresó a la conducción del radicalismo. La UCR se decidió por la abstención electoral.
Ante su delicada situación en el gobierno y su conflictiva relación con los grupos que lo llevaron al poder, el 3 de julio de 1893 Sáenz Peña confió a Aristóbulo del Valle la reorganización del su gabinete. Este invitó a la UCR que rechazó el ofrecimiento considerando que Del Valle en su buena fe cometía un error. Yrigoyen había rechazado un ofrecimiento ministerial señalando que "la Unión Cívica Radical sólo busca rehabilitar el comicio, hacer que nuestras instituciones políticas sean ciertas y reales y no coparticipaciones gubernativas". Del Valle desarmó las milicias provinciales con las que se sostenían algunos gobernadores y envió al Congreso los proyectos de intervención de Buenos Aires, Santa Fe y San Luis, duramente castigadas por la oligarquía.

El 29 de julio 1893 los radicales se alzaron en San Luis y Santa Fe deponiendo a sus gobernadores. El 30 de julio estalló la revolución en la Provincia de Buenos Aires, bajo la dirección de Hipólito Yrigoyen provocando la renuncia del gobernador el 5 de agosto. Por presión de Pellegrini y Roca, Del Valle fue desplazado del gobierno. Finalmente el movimiento fue vencido. La figura de Yrigoyen (líder de la UCR en la provincia) se afianzó dentro de su partido dejando en claro su capacidad y liderazgo conductor con su estilo particular: no hablaba en público y se dejaba ver muy poco, prefería el diálogo persona a persona.
Hipólito Yrigoyen

En Febrero de 1894 la UCR triunfa en la elección de gobernador de Buenos Aires obteniendo 45 electores contra 36 respectivamente de los cívicos nacionales y los autonomistas. Estos últimos se pusieron de acuerdo para elegir al cívico nacional Udaondo evitando la llegada de la UCR al gobierno. El autonomismo comprometía el apoyo de los cívico nacionales a cambio de esa gobernación. En Capital triunfó Alem en la elección de senador pero el Senado postergó indefinidamente el tratamiento de su diploma hasta que Alem renunció.

El tratamiento de una Ley de Amnistía a favor de los revolucionarios de 1893 provocó la renuncia de Quintana tras la cual, debido a lo inestable de su situación, en enero de 1895 renunció Sáenz Peña siendo reemplazado por José E. Uriburu. En marzo de 1896 la UCR fue derrotada en Capital. El 1 de julio de ese año Alem se suicidó. Escribió:"Para vivir estéril, inútil y deformado, es preferible morir. Si, que se rompa pero que no se doble".

En 1897 Roca fue proclamado candidato a presidente por el PAM acompañado por el Dr. Norberto Quirno Costa. Frente a la disgregación del radicalismo decidieron prescindir del mitrismo. Estos entonces buscaron aliarse al radicalismo. La Convención Nacional de la UCR del 6 de septiembre de 1897, en medio de tumultos adoptó la política de "las paralelas" que consistía en acordar programas y candidatos comunes con los cívico nacionales, pero sin unificar los partidos. Esta decisión fue fuertemente encabezada por Bernando de Irigoyen. Hipólito Yrigoyen que se oponía decididamente a ese acuerdo reunió al Comité Provincial el 29 de ese mes que rechazando el acuerdo se declaró disuelto. La UCR perdía así su principal fuerza.

El entonces radical santafesino Lisandro de la Torre acusó a Yrigoyen en duros términos por hacer fracasar la política de las "las paralelas" acusándolo de traidor. El asunto terminó en un duelo. Irigoyen, que nunca había empuñado un sable, tuvo como padrino a Marcelo de Alvear. De la Torre debería, luego de ese encuentro, usar barba para ocultar su cicatriz.

Mientras, Bernardo de Irigoyen terminó confundiéndose con el régimen (tal vez creyendo que se podía convivir con él para transformarlo desde adentro) al aceptar la candidatura a gobernador de Buenos Aires ofrecida por Roca.

Julio Argentino Roca asumió su segundo período presidencial bajo el lema "paz y administración" En tanto el presidente gobernaba para sus amigos, Yrigoyen se dedicó a reconstruir el partido. En 1904 armó un nuevo Comité Nacional que retomó el camino revolucionario.

El 26 de julio de 1904 se celebró un nuevo aniversario de la Revolución del Parque, pero en esta oportunidad, además, quedaría formalmente lanzada la reorganización de la UCR. Una imponente manifestación en Av. De Mayo no pasó inadvertida por las crónicas de la época. El diario La Prensa había editorializado el 22 de junio "El movimiento de concentración de reclutamiento se inicia con rara espontaneidad, súbitamente, sin previa elaboración por la propaganda y por las convocatorias ordinarias. Ha bastado una palabra lanzada a los vientos para que los radicales recogidos en una abstención prejuzgada suban a la escena y entren de lleno en la labor de su reorganización. Y esa palabra no ha sido lanzada por comités, ni por caudillos prestigiosos. Ha sido lanzada de la masa anónima, pero con un poderoso poder de contagio"
"No había. Ni hay, ni habrá procedimiento para destemplar el espíritu radical del país. El radicalismo, por lo tanto, es una pasión, una aspiración, una tendencia de revancha, un engendro genuino de la presión oficialista. El uno sigue como resultante de la otra, de manera que, mientras exista la oligarquía, existirá el radicalismo protestante y combatiente." (La prensa 22 de junio).

En 1904 una "junta de notables" eligió la fórmula Manuel Quintana - José Figueroa Alcorta, que resultó "elegida" en el comicio. La UCR no había participado.

La noche del 3 al 4 de febrero de 1905 se produjo un nuevo movimiento en Capital, Bahía Blanca, Rosario, Córdoba y Mendoza. En esta dos últimas derrocaron al gobierno. Los enfrentamientos duraron una semana tras los cuales los revolucionarios se rindieron. Estos fueron detenidos y muchos llevados al penal de Ushuaia. Quintana se negó a otorgar una amnistía, que recién fue aprobada luego de su muerte en marzo de 1906 luego de ser enviada al Congreso por su sucesor Figueroa Alcorta. El Comité Nacional ratificó la posición abstencionista.

La Ley Sáenz Peña

En 1910 el país festejaba alborozado la fiesta del Centenario. Era una exaltación plena de contradicciones, porque mientras se cantaban los himnos patrios, el gobierno proseguía una política que sumía cada vez más al país en la dependencia económica, en este caso, del Reino Unido. Ese mismo año la Unión Nacional impuso a Roque Sáenz Peña como presidente.
El régimen seguía renovando el gobierno sin la participación del pueblo. Pero Yrigoyen ya era dueño de un espacio importante en la política argentina así como en su partido. A pesar de esto ya se empezaban a escuchar voces radicales cuestionando la dureza de la línea abstensionista del partido.

Yrigoyen tuvo tres encuentros con el presidente Sáenz Peña, durante los cuales éste se comprometió a garantizar las próximas elecciones a través de una nueva ley electoral y la adopción del padrón militar. También le ofreció dos ministerios para la UCR. La respuesta de Yrigoyen fue: "La Unión Cívica Radical no busca ministerios. Únicamente pide garantías para votar libremente".

El 31 de marzo de 1912 se realizarían en Santa Fe las primeras elecciones bajo la flamante Ley Electoral. Pero Yrigoyen aún desconfiaba, pensaba que todas las bancas y los gobiernos eran fraudulentos y que debían ser disueltos y renovados totalmente. Pero a esa altura de los acontecimientos los concurrentistas dentro de la UCR superaban la voluntad abstencionista de Yrigoyen. La UCR por primera vez ganó y accedió al gobierno de de una provincia. Las votaciones de abril para la elección de diputados dió el triunfo a la UCR en Capital y Santa Fe, la representación por la minoría en Córdoba y Entre Ríos. En Jujuy, Corrientes y La Rioja no pudo contra el fraude que aún persistía en las mismas.

Así las cámaras empezaron a llenarse de legisladores radicales. Finalmente Yrigoyen abandonó su postura abstencionista y concurrió a las elecciones presidenciales de 1916 encabezando la lista, acompañado por Pelagio Luna para la vicepresidencia. Yrigoyen obtuvo más votos que sus tres oponentes juntos (372.810 votos contra 154.549 del partido Conservador, 140.443 de los demócratas progresistas y 56.107 de los socialistas).

El 12 de octubre de 1916, luego de jurar ante la Asamblea Legislativa, el nuevo presidente recorrió el camino hacia la Casa de Gobierno en medio de una fiesta popular, la multitud desató los caballos de la carroza presidencial y arrastró al vehículo por la Avenida de Mayo. La sociedad pudo festejar masivamente por primera vez la llegada al poder de un partido elegido por el pueblo: la Unión Cívica Radical. Pero los sectores conservadores no se daban por vencidos, se preparaban para dar batalla desde el poder económico.

La primera presidencia radical.

El estado liberal argentino que había sido gestado hacia mediados del siglo pasado había llegado a su fin. La nueva etapa estuvo principalmente protagonizada por el radicalismo que nació como respuesta a la acción política positivista de la generación del 80. Su historia es, en esencia, la historia de la Argentina moderna, su significación y la acción de sus ideas son de tal magnitud y permanencia que se proyectan hasta hoy.

Al llevar al gobierno, la mayoría de las provincias seguían en poder de los conservadores quienes, habían accedido al poder de la misma manera que hasta entonces habían mantenido el poder a nivel nacional: el fraude electoral violando la Ley Nº8871 o Ley Saenz Peña. El recurso utilizado para resolver ese problema fue la intervención federal a las mismas. Los conservadores cuestionaban esas medidas señalando que no respetaba las autonomías provinciales, pero Yrigoyen pretendía restaurar las autonomías provinciales colocando a sus pueblos en condiciones de darse sus propios gobiernos a través de elecciones transparentes y democráticas. Es decir, no había autonomía provincial si no se le devolvía la soberanía al pueblo de esas provincias. Tampoco dudo en intervenir provincias con gobiernos radicales cuando se producían serios conflictos institucionales en ellas

El de Yrigoyen fue el primer gobierno argentino con sensibilidad popular que se propuso reconstruir la república. Revalorizar los valores éticos y morales de la sociedad. Félix Luna define la política obrera de Yrigoyen, llamada solidarista, en tres grandes líneas: "Una, la solución circunstancial de los conflictos entre el capital y el trabajo, planteados sobre todo en los dos primeros años de su gobierno; otra, las iniciativas legislativas de protección al obrero y sus condiciones de trabajo. Y la última, en forma de proyectos tendientes a un ordenamiento de la previsión social y asistencia al trabajador en todas las etapas de su vida". Así, la presidencia de Yrigoyen mejoró la distribución del ingreso y el auspicio social. Las preocupaciones sociales de Yrigoyen lo llevaron a intentar un mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de los sectores sociales más bajos a través de las primeras leyes de protección social, que constituyeron un avance lento debido en gran parte a la fuerte oposición conservadora en el Congreso. No obstante ella subió el salario real, se redujo la jornada de trabajo a ocho horas diarias y se sancionaron los primeros regímenes jubilatorios. En ese sentido es de destacar, en 1920, la jubilación para los obreros y empleados de empresas particulares que prestaban servicios públicos: gas, luz, telégrafo y teléfonos.

En materia educativa se fundaron en la capital 37 institutos secundarios y 12 escuelas de artes y oficios. En las provincias y territorios nacionales se crearon 3.126 escuelas primarias y en el período 1916-1922 la población escolar aumentó en más de 400.000 alumnos. Se creó el bachillerato nocturno, de gran aceptación por la clase obrera. Se implantó obligatoriamente el guardapolvo blanco, que igualaba socialmente a los escolares. En 1916 funcionaban 7.856 escuelas primarias y se crearon 3.120 más. Pudo afirmar en un foro internacional por la Argentina que por cada uno de los soldados que revestían en las filas de la Nación había en esa época dos maestros enseñando el abecedario. Como resultado de la política educativa yrigoyenista, el analfabetismo, que en 1916 era del 20 %, se redujo al 4% al finalizar su primer mandato en 1922. En 1919 se inauguró la Universidad del Litoral y dos años más tarde se nacionalizó la de Tucumán. Se había presentado un proyecto de instrucción con disposiciones revolucionarias en los tres ciclos de la enseñanza (primaria, secundaria y universitaria), pero no fue tratado en comisión en las cámaras con mayoría conservadora. Se apoyó decididamente al movimiento de la Reforma Universitaria de 1918 en Córdoba, terminó con la preeminencia de la oligarquía en las casas de altos estudios.


El gobierno de Yrigoyen aportó al país un nuevo concepto de la función del estado, con una misión reguladora y fiscalizadora del capital, de fomento del desarrollo y de la equidad social. Gabriel del Mazo, importante historiador del radicalismo, dice que el gobierno de Yrigoyen se caracterizó por su "Plan de Tierra y Petróleo", en el que el Estado se reserva un rol de intervención decisivo. El radicalismo mostró una tendencia económica que se apartaba del liberalismo clásico, a partir de la idea de intervención del Estado en la economía. En los fundamentos al voto de la ley ferroviaria de 1920, Yrigoyen dice: "La política del P.E.N. (Poder Ejecutivo Nacional) es mantener en poder del Estado la explotación de fuentes naturales de riqueza, cuyos productos son elementos vitales del desarrollo del país. El Estado debe adquirir una posición cada día más preponderante en las actividades industriales que respondan principalmente a la realización de servicios públicos".

La decisión más destacada y de la cual el radicalismo habría de hacer una bandera, fue la creación en 1922 de la empresa estatal petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que en el futuro sería la más grande del país con 50.000 empleados, designando al General Enrique Mosconi al frente de la misma. Esto y la nacionalización del petróleo serían algunos de los factores determinantes para su derrocamiento de su segunda presidencia en 1930 (*1)

También se llevaron a cabo una serie de leyes de arrendamientos rurales para proteger a los colonos y chacareros frente a los grandes propietarios de tierra. Se reorganiza el Banco Hipotecario Nacional para apoyar con crédito subsidiado a los pequeños propietarios rurales. En 1918, por primera vez, el Estado interviene como vendedor único de la cosecha de cereales al exterior a fin de asegurar un precio mínimo al productor.

En materia ferroviaria, Yrigoyen impulsó una política de expansión y fortalecimiento de los ferrocarriles estatales y se enfrentó con las poderosas empresas ferroviarias extranjeras, al vetar la ley de formación de una empresa de ferrocarriles mixta, sancionada por la oposición. Se dictó la caducidad de concesiones de plazo vencido, que alcanzaban casi 10.000 km, aproximándose un 30% de la red existente; se procuró integración de todas las regiones superando el esquema portuario, es decir, nuevos tramos ferroviarios con el objeto de unir los pueblos del interior y no servir únicamente al transporte de cargas al Puerto de Buenos Aires. Construyó el conocido Tren de las Nubes (Huaytiquina), del Ferrocarril General Belgrano, conectando Salta con el océano Pacífico en Antofagasta (Chile).

En ese entonces Argentina se encontraba en un estado de dependencia absoluta en relación a los países aliados que enfrentaban a los imperios centrales de Europa (Austria-Hungría y Alemania). El gobierno radical soportó una fuerte presión de esos intereses para quebrar la neutralidad argentina frente a la conflagración bélica. Yrigoyen sostuvo firmemente la neutralidad inspirado en principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos, a pesar de los conflictos con el Imperio Alemán. La marina imperial declaró la guerra submarina resultando hundidos los barcos mercantes de bandera argentina “Monte Protegido” y “Toro”, presentando la República enérgicas protestas, Alemania se comprometió a indemnizar económicamente al país y desagraviar el pabellón nacional, lo que ocurrió luego de finalizado el conflicto mundial.

En 1917 Yrigoyen convocó a un Congreso de Naciones Latinoamericanas no beligerantes para fijar una posición común frente a la Primera Guerra Mundial, pero este fracasó debido a la fuerte oposición de Estados Unidos.

Terminada la guerra se inició la Liga de Naciones (un antecedente de lo que serían las Naciones Unidas después de la Segunda Guerra Mundial). Yrigoyen envió una delegación encabezada por el canciller Honorio Pueyrredón a las sesiones en Ginebra (*2), con las expresas instrucciones de que la entidad que iba a constituirse no debía ser simplemente la expresión del bando vencedor en la guerra, sino la asociación de todos los Estados soberanos en pie de igualdad. Como esa posición no fue aceptada, la delegación argentina se retiró. La historia le daría la razón a Irigoyen cuando aquella soberbia del bando vencedor expresada el en Tratado de Versalles sería años más tarde una de las causas de la Segunda Guerra Mundial.

Esta acción fue coherente con la política internacional de Yrigoyen. Básicamente sostuvo una política de fuerte acento sobre la independencia e igualdad de las naciones frente a las grandes potencias y promovió fervorosamente el americanismo. Prueba de esto es el episodio del acorazado 9 de Julio que trasladaba los restos mortales del poeta Amado Nervo a República Dominicana, ocupada militarmente por los Estados Unidos. Preguntado al Presidente a qué bandera (estadounidense o dominicana) debía rendirle honores la embarcación argentina al llegar al puerto, Yrigoyen respondió: “Id y saludad el pabellón dominicano”. Yrigoyen llevó a la práctica lo expresado ante el EE.UU. Hoover: "los pueblos deben ser sagrados para los pueblos".

En este período se produjeron dos hechos lamentables, la Semana Trágica y la represión de obreros rurales en el sur. En el primer caso tuvieron importante actuación la Liga Patriotica, de orientación conservadora y grupos anarquistas, en el marco de una huelga obrera en los Talleres Vasena.
El segundo hecho fue fogoneado por estancieros cuando a fines de 1921 el precio de la lana bajó considerablemente, y las empresas se encontraron con un gran stock almacenado y la próxima esquila casi encima. Para evitarlas, provocaron ellas mismas un alzamiento obrero, haciendo detener algunos dirigentes sindicales y enviando agentes que consiguieron levantar nuevamente en armas a los trabajadores previa formación de sus “guardias blancas”. Una huelga anterior había finalizado con el acuerdo de ambas partes mediante la mediación del Tte. Coronel Varela. Esta vez los obreros organizaron un verdadero ejército y ocuparon varias estancias con la misma moderación que en la ocasión anterior: se hacían firmar recibos por las reses que consumían. Agitando el fantasma de la insurrección social, las empresas obtuvieron, ignorándose por que medios, pues no hubo orden ministerial correspondiente, que Varela reprimiera la huelga. Este militar, enconado contra los obreros, que su criterio habían abusado de su buena fe, puso Santa Cruz en pie de guerra: dictó una resolución en cuya virtud cualquier persona a quien pillase con armas encima, sería fusilada sin formalidad alguna y empezó a dirigir una brutal represión
Durante todo el gobierno de Yrigoyen, el Senado dominado por los conservadores se oponía sistemáticamente a todas las medidas del gobierno, trabándolo de manera tal que pudo llevar a cabo parcialmente la tarea de reparación que se proponía.

Por ejemplo, dos medidas importantes para el plan de recuperación económica nacional como la creación del Banco Agrícola y de la Marina Mercante Nacional no fueron aprobados. Siguieron igual suerte otros proyectos, entre ellos el plan de instrucción pública, la lucha antituberculosa, leyes orgánicas para el Ejército, la Armada, la creación de la Gendarmería Nacional, la organización de establecimientos penales y el proyecto del Código de Trabajo, que ni siquiera fue tratado.

El periodismo también lo criticaba, desde izquierda y derecha, a veces lindando con la injuria y la calumnia. Sin embargo Yrigoyen respetó plenamente las libertades y garantías individuales y jamás aplicó el estado de sitio, ni siquiera durante situaciones límite.
Los años de Alvear
En las elecciones de 1922 volvió a triunfar la UCR llevando al gobierno a Marcelo T. de Alvear y a Elpidio González a la vicepresidencia. La Primera Guerra Mundial había puesto en jaque a la economía mundial y la Argentina, exportadora de materia prima, se transformaba en acreedora del mundo. Mientras que Yrigoyen terminaba su mandato se desataba la fiebre de la sucesión.
En marzo de 1922 la Convención Nacional de la UCR eligió a Marcelo T. De Alvear como candidato presidencial. Este era nieto del General José María de Alvear e hijo del primer intendente de Buenos Aires. Provenía de la elite cultural y económica del país. Cuando fue elegido se desempeñaba como embajador en Francia. Yrigoyen siempre le tuvo a Alvear un afecto personal y político, le gustaba recordar que Alvear había luchado con él en la Revolución del Parque. En la fórmula lo acompañaba Elpidio González.

Muchos de los que se encolumnaron detrás de Alvear creían que con el se acabaría la "populachería de Yrigoyen" y todo marcharía nuevamente por canales formales más ligados a la estirpe aristocrática. Así hubo nuevamente dos corrientes dentro de la UCR: quienes rodearon a Alvear fueron llamados "antipersonalistas y a los otros "personalistas".

El período de gobierno de Alvear se caracterizó por la prosperidad. La Primera Guerra Mundial había puesto en jaque a la economía mundial y la Argentina, exportadora de materia prima, se transformaba en acreedora del mundo. Fueron los llamados "años locos". Pero no dejó de cercenar la autonomía universitaria conseguida en el movimiento de la Reforma de 1918, ni de orientar la actividad del estado hacia un menor intervensionismo en los asuntos económicos.

La ruptura entre ambas corrientes se concretó en 1924, por un lado la UCR y por el otro la UCR Antipersonalista. En marzo de 1928 la Convención Nacional designó a Hipólito Yrigoyen candidato a presidente. Se formó entonces una gigantesca coalición contra Yrigoyen integrada por antipersonalistas y partidos conservadores provinciales, pero este último ganó igualmente con 840.000 votos contra 440.00 de la formula Leopoldo Melo - Vicente Gallo. El país lo había plebiscitado.

El golpe y el petróleo.

Con 76 años de edad Yrigoyen volvía a entrar a la Casa de Gobierno. La situación nacional había cambiado notablemente y el mundo se encontraba envuelto en el caos económico de los años 1929-1930 luego de la crisis de Wall Street. Los precios de los granos, base de las exportaciones argentinas, cayeron alarmantemente. Los coletazos de esta crisis mundial produjeron pánico y estancamiento agravando las tensiones sociales. A esto se sumó una oposición salvaje donde confluyeron socialistas, demoprogresistas, conservadores y nostálgicos del régimen que trataban de revolver el río para pescar algo. Solo los últimos ganarían. A estos se sumó la prensa, sobre todo el diario Crítica de Natalio Botana quien entre otras cosas lanzó la versión nunca verificada del famoso "diario de Yrigoyen".

Yrigoyen, sin embargo, seguía adelante con su vieja bandera, la nacionalización del petróleo. La Ley tenía aprobación en la Cámara de Diputados pero faltaba ganar la batalla en el Senado en donde recién en 1931 la UCR podría alcanzar la mayoría propia por primera vez desde 1916. Ese detalle no pasó desapercibido por los grandes intereses monopólicos internacionales que neutralizaban en Argentina la sanción de esa Ley. Aprovechándose del descontento económico, el 6 de septiembre de 1930 el infame General José Félix Uriburu se alzó a la cabeza del Colegio Militar y derrocó al presidente. Este nefasto general quebró el orden constitucional en el país y nuestra historia tomó el peor rumbo.

La Revista Fortune publicó en ese momento: "La última revolución derrocó a Yrigoyen, un cruzado fanático contra todo lo yanqui, incluyendo las compañías de petróleo. Fue él quien hizo intervenir al gobierno en la venta de nafta y quién, al rebajar los precios y manipular las ventas, capturó el 22 por ciento de todas las ventas. Su deposición fortalece la posición de la Standard Oil en la Argentina".

Oil and Gas Journal, por su parte, señalaba que: "se espera que la reciente perturbación política en la Argentina redunde en beneficio de las compañías petroleras en Argentina" - (La diplomacia del petróleo 1916-1930, de C. A. Mayo, O. R. Andino y F. García Molina).

Yrigoyen fue confinado a la Isla Martín García y fue liberado pocos meses antes de su muerte en 1933. En 1931 el régimen de Uriburu había llamado a elecciones en la Provincia de Buenos Aires donde el radicalismo, a pesar de estar desarticulado, se impuso con amplitud. Los comicios fueron anulados sumando una mancha más a la vergonzosa figura del general Uriburu. El fraude volvió a ser el recurso del régimen para mantenese en el poder. Y fue por el fraude electoral que el General Agustín P. Justo acompañado por Julio A. Roca hijo llegó a la presidencia en 1932. Se inauguraba la "década infame", del Pacto Roca - Runciman, del crimen político y la persecución ideológica.

La UCR luego de Yrigoyen

Luego de estos acontecimientos la conducción de la UCR quedó en manos de Alvear. Para las elecciones nacionales de 1932 la Convención Nacional proclamó la fórmula Marcelo T. de Alvear - Adolfo Güemes que fue vetada por el ejecutivo utilizando como excusa la rebelión de Gregorio Pomar en Corrientes. Otra vez el radicalismo volvió al abstencionismo.

En 1934 se enfrentaron en la UCR quienes desde el viejo tronco yrigoyenista querían volver a la abstención y quienes preferían participar de las elecciones a pesar del fraude. Estos últimos impusieron su posición y en 1935 consiguieron algunas bancas en Entre Ríos, Córdoba y Catamarca. Ese mismo año surgió la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA). Esta agrupación tenía como objetivo una vuelta al nacionalismo de Yrigoyen, una fuerte posición antiimperialista en oposición a las intenciones de Gran Bretaña y EE.UU. Desde su creación fue presidida por Luis Dellepiane hasta 1940 cuando la asumió Arturo Jauretche hasta 1945. En su seno aparecieron dos posiciones, la encabezada por Dellepiane y Gabriel del Mazo quienes insistían en enfrentar la conducción alvearista desde adentro del partido y la del sector de Jauretche que desestimaba esa posibilidad y preferían abandonar el partido. Finalmente estos últimos se alejaron en una asamblea celebrada el año 1940. Al tiempo muchos regresaron para sumarse al MIR los que no lo hicieron permanecieron en FORJA hasta su disolución en 1945 y se sumaron al peronismo.
Movimiento de Intransigencia y Renovación

La Segunda Guerra Mundial produjo otro flujo inmigratorio. De a poco una nueva clase social se fue gestando gracias a la necesidad de sustituir importaciones y motorizar el desarrollo de tecnología que ya no venía de Europa. Mientras los sectores obreros sufrían la marginación los miembros de la sociedad conservadora pasaba tardes en el Jockey Club mientras su administración sumía al país en la injusticia social.

En 1938 fue elegida la fórmula Roberto Ortiz (ex radical antipersonalista) - Ramón Castillo. Si bien Ortiz fue elegido mediante el fraude intentó dejar atrás esa práctica. El 1938 se elegía sucesor del gobernador de Buenos Aires, el fascista Manuel Fresco. Este había elegido sucesor a Alberto Barceló (dedicado al juego clandestino y la prostitución). Este último triunfó en tumultuosos comicios. Una semana después se realizaron elecciones de diputados en esa provincia en los cuales triunfó ampliamente la UCR. El fraude quedó evidenciado, Ortiz intervino la provincia y anuló la elección de gobernador.Pero Ortiz renunció gravemente enfermo y Castillo revalidó nuevamente las prácticas fraudulentas.

Luego de la muerte de Alvear el 22 de marzo de 1943, el radicalismo ingresó en una situación interna cada vez más confusa a pesar de la cual la conducción alvearista se mantendría.
Castillo fue derrocado el 4 de julio de 1943 por un movimiento encabezado por los Generales Rawson. Ramírez y Farrel, fue la "Revolución de los Coroneles". Detrás de ellos Juan Domingo Perón se hizo cargo de la Dirección del Trabajo, luego Secretaría de Trabajo y Previsión, puesto hasta entonces sin importancia. Este formaba parte del GOU (Grupo de Oficiales Unidos). Rawson, quien había sido elegido por sus colegas para ocupar la presidencia fue desplazado antes de jurar, se había comprometido a una ruptura de relaciones con el eje. Fue sucedido por Ramírez quien sería a su vez desplazado en 1944 poco tiempo después de dar a conocer el decreto de ruptura de relaciones con Alemania y Japón. Fue reemplazado por Farrel, quien declaró la guerra al eje poco antes de la rendición de Alemania. Perón era vicepresidente y Secretario de Trabajo y Previsión.

En busca de la renovación programática del partido un grupo de dirigentes "intrasigentes" entre los que se encuentraban Moisés Lebensohn, Ricardo Balbín y Arturo Frondizi promovieron la Declaración de Avellaneda en abril de 1945, nacía el Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIR). Pero la conducción alvearista del radicalismo formó junto con socialistas, comunistas y demócratas progresistas. El 19 de septiembre se realizó la Marcha de la Constitución y la Libertad organizada por la Unión Democrática, la concentración más numerosa realizada hasta entonces.

El gobierno militar sufrió una crisis interna que dio como resultado el desplazamiento de Perón quien antes de dejar sus cargos anunció el otorgamiento del aguinaldo a los trabajadores, medida que debería tener la firma de farrel para tener efecto. Posteriormente fue detenido. En la tarde del 16 de octubre comienzan a movilizarse hacia Plaza de Mayo los trabajadores de los frigoríficos de Berisso, Ensenada y Dock Sud. El 17 de octubre una multitud se había adueñado de la Plaza, el gobierno tuvo que ceder y liberar a Perón quien habló desde el balcón de la Casa Rosada.

En las elecciones del 24 de febrero de 1946 Perón obtuvo 1.478.372 votos contra 1.211.666 de la fórmula Tamborín - Mosca de la Unión Democrática. Esta derrota provocó una fuerte crisis interna en el partido. Los intransigentes pedían el desplazamiento de la conducción del Comité Nacional, el voto directo de los afiliados para la elección de autoridades partidarias y la elaboración de un programa de acción política acorde a los momentos que vivía el país.

El Comité Nacional renunció y se formó una Junta Ejecutiva. Frondizi, Crisólogo Larralde y Antonio Sobral elaboraron un documento de base que serviría de base para otro más completo denominado "Profesión de fe doctrinaria" presentado por el MIR durante su primer congreso en agosto de 1947. El MIR conquistó la mayoría del Comité Nacional con la participación del radicalismo cordobés liderado por Amadeo Sabattini.

Lebenshon señalaba que "la mayoría de quienes entregaron sus sufragios a Perón tienen nuestros mismos ideales, se nutren de nuestras mismas aspiraciones nacionales". Comenzaba así una transformación producto del enfrentamiento entre sectores progresistas y "unionistas". Algunos militantes de FORJA se marchaban del peronismo para volver al radicalismo e integrarse al MIR.

Antes de morir en 1953 Lebenshon escribió que hay: "que trabajar en la creación de las condiciones de triunfo, sin caer en las actitudes complacientes con el peronismo, pero sin dejarse llevar por circunstanciales apoyos del antiperonismo". Es decir, hacer "radicalismo" en lugar de reducirse solo a una expresión del "antiperonismo"

En 1952 Perón se consagró por segunda vez presidente frente a la fórmula radical Ricardo Balbín - Arturo Frondizi. A partir del fallecimiento de Eva Perón el peronismo acentuó sus rasgos más autoritarios recrudeciendo las agresiones hacia la oposición. La represión hacia la oposición se había acentuado notablemente y esta crecía. La UCR olvidando el pensamiento de Lebenshon concentró sus esfuerzos en terminar con ese gobierno sin evaluar el costo ni los aliados. Finalmente el enfrentamiento con la iglesia terminó por configurar una escalada de violencia sin retorno.

En septiembre de 1951 se produjo un primer intento de golpe contra el gobierno justicialista encabezado por el general Benjamín Menéndez, el cual fracasó. El 26 de julio de 1952 falleció Eva Perón, un mes después del inicio de la segunda presidencia. La crisis del agro, la inflación y el desabastecimiento anunciaban una declinación de la situación económica del país.

En 1954 estalló una crisis con la jerarquía eclesiástica. La procesión de Corpus Christi en 1955 se convirtió en un importante acto opositor. El 16 de junio de ese año aviones de la marina y la fuerza aérea bombardearon la Plaza de Mayo provocando una masacre. Esa misma noche militantes peronistas quemaron la Curia y varias iglesias. Finalmente el 16 de septiembre se produjo un nuevo alzamiento militar que logró su objetivo. La Revolución libertadora colocó en la presidencia al General Lonardi, desplazado por el general Aramburu ese mismo año por negarse a intervenir la CGT y no acordar con la proscripción del peronismo. Evidentemente los colegas de Lonardi con acordaron con él cuando, remedando a Urquiza, señaló que no habría "ni vencedores ni vencidos".

Otra fractura.

Derrocado el Justicialismo, la UCR acrecentó sus posibilidades de ganar las elecciones. Pero una desgarrante lucha interna llevó al partido a la fractura en 1957. Arturo Frondizi se autoproclamó candidato presidencial antes de que se reúna la Convención Nacional, así las fricciones los cruces fueron creciendo. La apertura de algunos sectores hacia el peronismo terminan por hacer estallar el cisma.

Ambos se disputaban la sigla UCR. Frondizi lideró la UCR Intransigente y Balbín la UCR del Pueblo. En los comicios triunfó la fórmula Frondizi - Gomez que habían obtenido a último momento un acuerdo con Perón y se benefició con gran parte del caudal electoral del caudillo sobre el binomio Balbín-Del Castillo.

El pacto Perón-Frondizi duró poco y 52 asonadas militares y cuartelazos coaxionaron permanentemente al gobierno.

Desde Madrid Perón influía en la política Argentina, sobre todo en los sectores populares. En 1962 el peronismo participó en la elecciones para elegir gobernador de la provincia de Buenos Aires en las cuales triunfó su candidato Andrés Framini. Para un importante sector militar eso fue inadmisible. Frondizi fue derrocado y encerrado en la Isla Martín García. Asumió interinamente la presidencia el presidente provisional del senado, José María Guido. Se produjo entonces un enfrentamiento entre dos sectores militares, los azules entre los cuales se destacó Onganía y que optaban por una salida electoral sin la participación del peronismo y los colorados que preferían directamente tomar el poder. Luego de varias escaramuzas urbanas los primeros se impusieron.
En julio de 1963 la UCRP obtuvo 2.441.064 votos para la fórmula Illia - Perette, la UCRI 1.593.002, hubo 1.884.435 votos en blanco (orientados por Perón).

La presidencia de Illia

Si analizamos el Gobierno de Arturo Humberto Illia será difícil entender el motivo por el cual se le imputaba inoperancia y lentitud. El Producto Bruto Interno aumentó a razón de 10 % anual, con un crecimiento industrial del 35,3% para el bienio 1064-65, con un presupuesto para educación que alcanzó una cifra récord para nuestra historia (24% en 1965), con una disminución de la deuda externa y un incremento de las reservas en oro y divisas en 500 millones de dólares, con salarios que alcanzaron una participación del 41,1% en el producto bruto, con un descenso de la tasa de desempleo del 9 al 5 %, con una contracción de la inflación de un promedio del 2% mensual en 1963, cuando la devaluación de la moneda fue del 28,5% en los 30 meses de gobierno con respecto al dólar, cuando se respetó absolutamente la libertad de prensa y el libre funcionamiento de las instituciones, Illia gobernó sin un solo día de estado de sitio.

Pero aparentemente en esa época hacer uno de los mejores gobiernos que ha tenido el país no era suficiente. La prepotencia militar y sus aliados del poder económico, sectores justicialistas ligados al sindicalismo, enfrascados en una lucha por tener el poder donde el país era el campo de batalla no podían permitir una gestión honesta y eficiente ajena a sus intereses. Así se formó una oposición salvaje donde confluyeron desde distintos sectores representantes de la lacra de nuestro país junto con algunos periodistas que difamaban injustamente al gobierno (algunos de ellos aún hoy pretender dar lecciones de moral republicana).

Finalmente el 28 de junio de 1966 Juan Carlos Onganía ocupó la presidencia a través de un nuevo golpe de estado. Si el buen gobierno de Arturo Illia hubiera sido reconocido por en ese momento por todos los que después lo destacaron nos hubiéramos ahorrado muchas desgracias.

La Junta Coordinadora Nacional

La dictadura de Onganía proscribió la actividad de los partidos políticos y se dispuso a gobernar sin límites de tiempo.

Entre los años 1966 y 1967 apareció la Junta Coordinadora Nacional. Un grupo de jóvenes se reunión en Setúbal, Santa Fe con el propósito de estudiar nuestra sociedad como punto de partida para la elaboración de un proyecto que terminara con la decadencia argentina. La acción no estaba marcada solo por la elaboración doctrinaria e ideológica, al mismo tiempo formaba parte de la resistencia nacional y democrática contra Onganía, participando activamente, por ejemplo, en el Cordobazo.

El engendro neoliberal-autoritario-corporativista que intentó pergeniar la Revolución Argentina pronto se estrelló contra el país. Se inició una escalada terrorista que iban a signar trágicamente los años siguientes y el gobierno ilegítimo se iba dando una sucesión de figuras ocupando la Casa de Gobierno.

En 1969 la CGT declaró un paro nacional que la regional Córdoba convirtió en activo. Con las primeras luces del alba las columnas obrero - estudiantiles se dirigían al centro de la ciudad, se daba comienzo a una pueblada. Los universitarios ocuparon el Barrio Clínicas. Al anochecer se aprestaron las tropas del III Cuerpo del Ejército al mando del general Heliodoro Sánchez Lahoz. Pese a que la ciudad fue recuperada el día 30, la ocupación del Clínicas se extendió hasta el 4 de junio. En los disturbios murieron 14 personas.

Luego del Cordobazo en 1969Onganía cayó ante la presión del sector del ejército liderado por Lanusse. Roberto Levingston era el nuevo presidente de facto, pero duró poco, al poco tiempo asumió la presidencia el propio Lanusse y lanzó un mecanismo de diálogo y participación denominado Gran Acuerdo Nacional (GAN). Finalmente convocó a elecciones generales en 1973.
El radicalismo ante la apertura democrática retoma la búsqueda de puntos de coincidencia entre las distintas fuerzas políticas, no solo con vistas al acto eleccionario sino con la esperanza de consolidar el nuevo proceso democrático. Perón regresó al país el 17 de noviembre de 1972 luego de un largo exilio. Con Balbín sellaron un acuerdo que este sintetizó: "el que gana gobierna y el que pierde ayuda".

El Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) aglutinó tras el peronismo a conservadores, desarrollistas y otras fuerzas menores, sus candidatos fueron Cámpora - Solano Lima, que el 11 de marzo de 1973 obtuvo 5.899.642 votos frente a 2.535.581 de la fórmula radical Balbín - Gamond. El radicalismo reconoció su derrota y no hubo segunda vuelta a pesar de que la legislación de entonces la consideraba en caso que ninguna fuerza superara el 50%. El radicalismo consideró en su decisión que la distancia ya era muy grande.
El Movimiento de Renovación y Cambio
El 24 de septiembre de 1972 había tomado forma definitiva el Movimiento de Renovación y cambio bajo el liderazgo de Raúl Ricardo Alfonsín con un amplio apoyo en sectores juveniles.
Los militantes enrolados en la Junta Coordinadora Nacional participaron como cofundadores convencidos de que Alfonsín era el hombre indicado para conducir al pueblo hacia la realización definitiva de la democracia.
Cámpora ya se había hecho cargo del poder pero quedó rápidamente atrapado entre las diferentes posiciones extremas partidarias que presionaban insaciablemente en la búsqueda de su propia hegemonía dentro del movimiento. La falta de poder real de quién asumía la primera magistratura terminó por maniatar sus atribuciones presidenciales, desencadenando la renuncia del titular del ejecutivo y un nuevo llamado a elecciones.
Y si, el radicalismo suele tener sus fuertes internas, pero puertas adentro, en cambio, como en este caso, el peronismo las ha hecho desde entonces tomando como escenario de lucha todo el territorio nacional y sus habitantes como rehenes.

Ahora sería Perón quien, acompañado por su tercera esposa, se haría cargo del ejecutivo. Fernando De La Rúa, quien había triunfado sobre el justicialismo en las elecciones para senador por la Capital Federal acompañó a Balbín en la fórmula. El justicialismo triunfó con 7.286.034 votos contra 2.887.587 de la UCR.

Eran años difíciles para la Juventud Radical. No resultaba sencillo defender los postulados del viejo partido en el marco de una juventud masivamente volcada a apoyar la conducción carismática de Perón. Sin embargo los jóvenes de la Junta Coordinadora convencidos de que el protagonismo de la juventud es el auténtico dinamizador de la liberación nacional y social, impulsaron la construcción de organismos juveniles multipartidarios. El resultado fue la creación de la Coordinadora de Juventudes políticas de la cual la JR fue fundadora. Las propuestas eran claras, pero la acción de organizaciones pretendidamente revolucionarias proclives a arrastrar a la juventud hacia fraticidas luchas armadas determinaron que la Juventud Radical resolviera alejarse del grupo privándolo así de representación verdadera.
La UCR colaboró con lealtad con el gobierno peronista. Hizo una oposición constructiva, sabía que en ellos estaba sellada la suerte del sistema. Balbín se convirtió en el principal interlocutor del viejo líder. Así quedó demostrado cuando el jefe radical despidió los restos mortales del presidente y en nombre de los partidos políticos dijo: "este viejo adversario, despide a un amigo".
Con Perón murió el único punto de referencia válido para un partido que no se encontraba en condiciones de desatar la lucha por la sucesión del mando. Pronto María Estela Martínez de Perón se vio acechada por un microclima de hombres corruptos que la alejaron por completo de la realidad.

Dos publicaciones marcaron el tiempo ideológico de la UCR, la revista "Inédito" dirigida por Mario Monteverde en donde escribía Raúl Alfonsín bajo el seudónimo de Alfonso Carrido Lura y "En Lucha" editada por Sergio Karakachoff, uno de los principales arquitectos de la corriente universitaria Franja Morada, que surgió en 1968. Karakachoff fue asesinado por un grupo de ultraderecha en La Plata en 1975.

El peronismo no podía revertir la crisis. En marzo de 1976 una Junta Militar formada por los titulares de las tres fuerzas armadas se hacía del poder. Comenzaba el proceso de Reorganización Nacional.

El Proceso de Reorganización Nacional

Como siempre con los golpes armados la oligarquía alcanza el poder, José Alfredo Martínez de Hoz es designado Ministro de Economía. Por un lado desataron el terrorismo de estado para desatar la mayor "caza de brujas" de nuestra historia. Por otro lado se destruyó deliberadamente nuestra estructura productiva y el país volvió a convertirse en un simple exportador de materia prima. Al mismo tiempo se contrajo una deuda externa descomunal, sin objetivos ni propósitos claros. A las listas negras, la censura, la negación de los derechos humanos, los desaparecidos, la quiebra del país, una guerra con el único objetivo de oxigenar al Proceso Militar.

La puesta en marcha de una política neoliberal - oligárquica requiere una población sumisa, el terrorismo de estado era así condición necesaria para la política de Martínez de Hoz, que provocó una verdadera revolución en la Argentina, cambió la mentalidad de la gente, inició una reforma financiera que provocó una traslación del ingreso desde los sectores productivos hacia los sectores financieros. La espiral especuladora fue creciendo sin límites y el sistema financiero argentino se transformó en un elefante blanco que absorbía recursos de todos los sectores. Aplicó como herramientas fundamentales de su política además de la reforma financiera, la rebaja a los aranceles a las importaciones y la subvaluación del dólar.

En 1982, tras la trágica gestión de Galtieri y la derrota de Malvinas, asumió el entonces desconocido Reynaldo Bignone, se levantó la veda política y se produjo un nuevo llamado a elecciones generales. La UCR ingresó en una etapa de transformación. El Movimiento de Renovación y Cambio liderado por Raúl Alfonsín se impuso por amplia mayoría en la interna y consagró la fórmula Raúl Alfonsín - Víctor Martínez. El peronismo finalmente consagró al binomio Luder - Bittel.








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